La fábrica de Freia recibe con tabletas de cacao a los inquietos visitantes procedentes de cada rincón del mundo. Da igual que seas de China, de Bélgica o de EE.UU, da igual que hayas venido a estudiar una ingeniería, magisterio o Comunicación Audiovisual porque hay algo seguro: te gusta el chocolate.
El recorrido tiene pinta de estar diseñado para niños. Con un poco de imaginación y subiendo el nivel de azúcar a cada bocado-regalado nos transformamos en chaveas, en zagales ansiosos de dulces onzas (algunos con más facilidad que otros). Vídeos, fotos, esquemas y otras representaciones nos hacen retroceder en el tiempo para contemplar la historia del árbol del cacotero desde la raíz hasta los bombones suizos.
De la fábrica no se puede ir nadie sin antes visitar la tienda con 30% de descuento donde a más de uno se le fue la mano. El chocolate, al igual que el queso, es otro de los productos megacaros de Noruega pero ni con un 40% de descuento me gastaría yo 40 euros como los que se dejaron algunos. Pero no penséis que me falta "choco" porque casi medio kilo de "nocilla" me sale por un 1 euro en mi venerado KIWI mini pris.
Por la tarde hice unos "macarroni carbonari" a lo grande (premonición del próximo martes) que degustamos Laura, Marta, Endre, Bendik, Johan y yo (además de 2 tapers que guardé). Lo pasamos bien cocinando, comiendo, de sobremesa y de "sobrepiano"... luego me vi la peli "All that Jazz" con Marta antes de que empezara a llenarse la planta de Hippies (había fiesta otra vez, qué sorpresa!). Yo deambulé un poco por la planta pero sin involucrarme... no estaba muy para fiestas, tengo una filosofía muy Hippy pero me faltaban ganas, energía y atrezzo.
2 comentarios:
No te engañes, simplemente... no eres hippie!!!
que no, que faltaba atrezzo ejaeja, "hazme caso" como dice el gran sabio Forfa
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