01-09-09 -- El Cántaro Intacto

Empezamos fuerte con desayuno al hilo tal que rica tostada de nocilla (que aquí se llama NUGATI).

En clase, con simulacro de incendio incluido, participo y compito aunque me queda mucho por hacer... (vocabulario, gramática... ¿cuando se podrán instalar los traductores en la cabeza?).

En la resi pongo colada, preparo comida para 2 días (pasta a los 1000 quesos + loquepille-vapa'dentro) y me afeito para mejorar el look de la entrevista de esta noche.

Por la tarde, café en castellano con mi bendita Study Buddy (queda pendiente concretar la hora de la entrevista del viernes).

Más tarde, primeras clases de noruego. El profesor es un perro verde con alcachofas por orejas y un limón en la boca. (O lo que es lo mismo: Rarísimo, no hace mucho caso de las preguntas y tiene un inglés muy particular). Comparto clase con algunos compañeros de -Profesional English- y también de la residencia, también hay españoles y demás hispanohablantes...(hay que quedar un día).

Por la tarde-noche voy al "UNDERWATER". El dueño no está, espero con una cerveza (omito el precio por vergüenza). La decoración quiere simular un submarino, tiene dos plantas, hay ambiente puretilla pero bastantes jóvenes también, lleno pero no hasta la bandera. Llega el dueño, presenta y comienza el espectáculo con silencio de cámara anecoica por parte de los presentes... Acaba el show (está bien) y el dueño sale a la calle... es el momento: (persecución tipo Mátrix 1 al comienzo)... Consigo hablar con el tipo pero, no tienen colgado un cartel de "se busca pianista", mis ideas le gustan pero se cierra en que no quiere salirse del estilo "opera" contrarresto con que también puedo tocar piezas clásicas y me dice que deje mi teléfono y mail a una camarera, pero me suena a máquina de escribir tras el sonido de la campana.



Me doy un paseo antes de llegar a casa, despedir a Samil (que va a Spain unos días!), comerme el bocadillo de chorizo nº 4 y escribir estas palabras. ¿Os sabéis el cuento de la lechera, no? Pues haced lo mismo que yo y tened cuidado de que por lo menos, no se rompa el cántaro.